Un jugador de ajedrez, un músico o un deportista tienen un camino claro de lo que su práctica “deliberada” representa, para uno es aprender jugadas y técnicas de juego, secuencias de movimientos que otros maestros desarrollaron; para el otro, son escalas, acordes, combinaciones nuevas, piezas nuevas, piezas más técnicas. Pero ¿qué hay del trabajador “de conocimiento” que ejerce labores variadas resolviendo problemas en una oficina, ejecutando tareas dentro de un proyecto, supervisando la producción en una fábrica? ¿cómo sería su camino para alcanzar la excelencia a través de las 10,000 horas?
Sin duda que esta es una pregunta más compleja. Lo primero a considerar es que con nuestra vida tan ocupada será difícil encontrar el tiempo, así que lo ideal será tratar de desarrollar nuestra práctica deliberada al mismo tiempo que hacemos nuestro trabajo, es decir, que nuestro trabajo se vuelva nuestra práctica, alineando lo más posible nuestro trabajo a lo que queremos desarrollar como nuestra área de maestría. Nuestras carreras y trabajos son amplios y variados, así que la clave está en irnos enfocando en 1-2 áreas que harán la diferencia en nuestro futuro, 1-2 áreas que nos harán “únicos e identificables” por nuestra experiencia en ellas. Encontrar estas áreas es clave para nuestro éxito. Piensa en términos de un Ingeniero en Informática experto en Inteligencia Artificial, o en un Ingeniero Industrial experto en Métodos Cuantitativos para la toma de decisiones, entonces sí, si inviertes 10,000 horas en volverte “el experto” en estos 1-2 temas, verás tu carrera elevarse al siguiente nivel.
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